Espectáculo cómico-biográfico-musical, de Pedro
Martínez, con dirección musical de Elías Romero. Intérpretes: L. Toré. C. Maqueda. S. Salamanca. P.
Martínez. E. Romero. Teatro Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa. Madrid, 19-3-2014.
(En cartel hasta el 4 de mayo de 2014).
Los
espectáculos zarzueleros se ofrecen en formato escénico, en recitales
acompañados casi siempre por un piano, o en eso planteamiento mediopensionista
que llamamos “zarzuela semiescenificada” o “versión de concierto”. Las
biografías de los músicos, cuando las hay, se quedan en forma de libro. Por eso
poner sobre las tablas la vida de un compositor es una novedad, que merece la
pena conocer.
Eso es Jacinto Guerrero. Vida de zarzuela,
una aproximación a la vida del popular autor toledano, ilustrada con algunos
números musicales, mostrada durante el ensayo de unos actores que están
montando, precisamente, la biografía sonora del personaje. En algún comentario
la hemos visto denominada “comedia música”, incluso “género chico”; nosotros,
buscando el enlace con la tradición zarzuelera la hemos llamado “espectáculo
cómico-biográfico-musical”, con permiso del autor. Y es las tres cosas.
Es espectáculo brillante, rápido,
ingenioso, dinámico, simpático y, sobre todo, rítmico. Tiene momentos
reflexivos, descriptivos, evocadores, pero, sobre todo, es gracioso. El público
ríe durante una buena parte de los 75 minutos de su duración. Es biográfico, porque transmite informaciones
y datos de la vida del personaje protagonista, y es musical porque ofrece ocho temas
del autor toledano, unos conocidos y otros inéditos para la mayoría de los
espectadores: Doña Mariquita, ”Duerme,
duerme corderito” (La alsaciana), “Hay
que ver” (La montería), “Un novio me
ha salido” (El tejar de Cantarranas),
“No hay por qué gemir (fox)” (Los gavilanes), “Esta mañana mu
tempranico” (La rosa del azafrán), “Cuando el grave sonar de la campana” (El huésped del Sevillano) y “Adiós,
Sebastián” (Tiene razón don Sebastián).
Todo lo que llevamos escrito no es más
que el “esqueleto” del espectáculo, pero, ¿y la “carne”?, es decir la
interpretación. Pues de primera. Lorena Toré, que dio vida a “la directora”, es
el alma del espectáculo; a pesar de aparecer como egocéntrica, exigente, muy
dura y crítica con el trabajo de sus colaboradores y con evidente ojeriza hacia
la soprano. Camilo Maqueda (que alternará con Álvaro Puertas) es “el actor”,
siempre dispuesto a demostrar sus habilidades, sus cualidades interpretativas y
su versatilidad, aunque constantemente arrinconado por la “directora”. La
“soprano” fue Sagrario Salamanca (alternará con Alicia Montesquiu), de voz
cálida, capaz de sortear los exigentes agudos que Guerrero colocaba en muchas
de sus partituras, y de modelar cálidamente el sonido en las romanza de La alsaciana y El
huésped del Sevillano . Un “maestro” (Elías Romero), es, en realidad, un
pianista que cumple eficazmente con su papel, aunque en algún momento también
muestra su incomodidad con las exigencias de la “dirección”. Y un “ayudante” de
la directora (Pedro Martínez), tímido, apocado e insulso, incapaz de revelarse
contra la tiranía de su “jefa”, pero eficaz y diligente en su trabajo.
El excelente trabajo interpretativo de
estos cinco personajes, la gracia del texto, la agudeza de los chistes, los
problemas “existenciales” y “metafísicos” de la “directora” arrancan al público
aplausos y carcajadas. ¿Se puede pedir más?
El espectáculo ha sido producido por la
Fundación Jacinto e Inocencio Guerrero, que de esta forma no sólo apoya el
género zarzuelero, sino que busca renovar la manera de presentarlo. Nuestra
enhorabuena.
Vidal
Hernando,
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