Sainete lírico en un acto. Libreto de José López
Silva y Carlos Fernández Shaw, Música de Ruperto Chapí. Estreno: 25 de
noviembre de 1897, en el Teatro Apolo, de Madrid. Acción en Madrid, en época
del estreno.
LA REVOLTOSA
Nueva
producción. Teatro de la Zarzuela, de Madrid
Zarzuela por jóvenes y para jóvenes.
Representado por un grupo de jóvenes cantantes y actores,
elegidos tras un
proceso de audiciones y acompañados por un grupo de cámara..
Versión libre de Guillem Clua.
Adaptación musical: Javier
López de Guereña
1 al 5
de marzo de 2017.
Intérpretes:
Ana
Cris Marco (Mari Pepa). María José Garrido (Soledad). Cielo Fernández
(Encarna). Nuria Pérez (Gorgonia)
Alberto
Frías (Felipe). Joselu López (Cándido). José Miralles (Tiberio). Javier
Ariano (Atenedoro). Felipe Forastieri (Sr. Candelas). Natan Segado
(Chupitos).
Escenografía
y vestuario: Silvia de Marta.
Iluminación:
Juanjo Llorens.
Dirección
de escena: José Luis Arellano.
Grupo
de cámara (2 violines, viola, violonchelo, piano, percusión, contrabajo y
flauta),
Dirección
musical: David Rodríguez.
Nueva producción del Teatro de
la Zarzuela, de Madrid.
Funciones escolares:
Día 1 (10 y 12.30 h.) – Día 2 (10 y 12.30 h.) – Día 3 (11 h.)
Funciones familiares:
Día 3 (19
h.) – Día 4 (19 h.) – Día 5 (12 h.).
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Datos de la versión
original.
Personajes e intérpretes del estreno. Mari Pepa, tiple o mezzosoprano (Isabel Brú). Gorgonia, esposa de
Cándido (Pilar Vidal) Soledad, novia de Atenedoro, tiple cómica (Luisa Campos).
Encarna, esposa de Tiberio (Matilde Zapater).
Felipe,
tenor o barítono (Emilio Mesejo). Señor Candelas (José Mesejo). Atenedoro (José
Ontiveros). Cándido (Emilio Carreras). Tiberio (Eliseo San Juan). Chupitos,
aprendiz con Cándido (Srta. Zavala)
Números musicales. Preludio.
Escena y seguidillas (“Al pie de tu ventana vengo a cantarte”). Cuarteto
(“¡Qué! ¡Olé! ¡Requeteolé!”). Intermedio y escena (“Eso le pasa a las
hembras”). Guajiras (“Cuando clava mi moreno”). Dúo de Felipe y Mari Pepa (“Por
qué de mis ojos los tuyos retiras”). Escena final (“No hay nadie, ¡adentro!”).
Argumento.
Patio de vecindad madrileño.
Cándido, Felipe y Tiberio juegan al tute. Atenedoro templa una guitarra y
Encarna y Soledad preparan los adornos y farolillos de la inminente verbena. El
Señor Candelas intenta acallar el alboroto del patio y recrimina su conducta a
todos los vecinos: a los enviciados con el juego, a los seguidores de faldas
ajenas... Tiberio está dispuesto a contestar al sermón, pero le retienen.
Cuando desaparece Candelas, cada uno reanuda su actividad. Al poco, Mari Pepa
sale de su cuarto, lo que desata una cascada de piropos y requiebros en el
patio. La joven lo atraviesa garbosamente y cuando desaparece, los hombres quedan
a merced de las furias de sus legítimas mujeres. Al ruido aparece, de nuevo, el
Señor Candelas a quien Gorgonia incita para que, como encargado de la casa, restablezca
el orden y la moral en la comunidad.
Al
regresar Mari Pepa, el Señor Candelas trata de cumplir con su obligación, pero la
inteligencia y el palmito de la muchacha desvanecen sus argumentos. Gorgonia ha
contemplado la escena y, enfurecida, está a punto de emprenderla con el encargado,
más la intervención de Felipe aplaca la situación. Gorgonia, apoyándose en el
joven Chupitos pone en marcha un plan: el muchacho irá avisando, uno por uno a
los “galanes” del patio, haciéndoles creer que Mari Pepa les espera a las diez
de la noche en su cuarto.
El patio
queda vacío, se supone que todos han
marchado a la verbena, aunque los pretendientes se han quedado argumentando
distintas excusas. Felipe sale a tomar el fresco y se encuentra con Mari Pepa.
Como ya es habitual discuten aunque, en el fondo, están enamorados el uno del
otro.
Van a dar las
diez. Las mujeres regresan sigilosas de la verbena para contemplar los
resultados de su estrategia. Al cabo, aparecen Candelas, Cándido, Atenedoro y
Tiberio, ansiosos de ver en qué acaba su anhelada cita con Mari Pepa. Felipe,
al darse cuenta de la situación, cree culpable a Mari Pepa, pero Gorgonia, en
un arranque de nobleza, le cuenta la verdad: que la joven no tuvo nada que ver
y que fue ella quien urdió la estratagema para "escarmentar a ciertos
babosos". La consecuencia lógica y esperada, es que Felipe y Mari Pepa,
olvidando sus rencores, se miran a los ojos, se abrazan y se van a la verbena
cogidos de la mano.
Comentario. Resulta curioso constar cómo las zarzuelas de más neto corte localista,
son las que gozan de más prestigio y fama dentro y fuera de nuestras fronteras.
Es un fenómeno que debía ser estudiado en profundidad;, claro que si pensamos
que lo de “revoltosa” hace clara referencia a Mari Pepa, una bella y desenfadada
joven, que se divierte revolucionando a los hombres y mujeres del patio de
vecinos en el que vive, la situación no es tan extraña.
.
Para dar a la escena una obra como ésta, se
reunieron tres nombres fundamentales en la parte creativa y un conjunto de
intérpretes "históricos" del género chico. López Silva era de los
libretistas más conocedores del casticismo barriobajero y popular madrileño.
Fernández Shaw, por el contrario, respondía a las señas de identidad de un
hombre culto y leído; universitario y conocedor profundo de los clásicos hispanos
y extranjeros, dedicaba su tiempo, además, al cultivo -con éxito- de la poesía lírica.
Llamó mucho la atención, en los mentideros de la Villa, que dos hombres tan
dispares escribieran conjuntamente un libro de zarzuela, aunque ya lo habían
hecho el año anterior en Las bravías, y
lo harían después en La chavala (1898)
y un par de obras hoy olvidadas. Chapí, lo hemos dicho en otras ocasiones,
poseía un don natural y una prodigiosa facilidad para crear climas, definir
personajes y delimitar situaciones Del resultado de esta colaboración surgiría una Revoltosa que pusieron en pie los componentes de la "plana
mayor" de Apolo.
Pero no
todo fueron aplausos; Salvador Valverde en su historia de la zarzuela transcribe
el comentario de un tal padre Villalba:
"Si en vez de chulearse haciendo picantes derechos, que por geniales que sean,
dicharachos son y nada más, se hubiera derramado su sal artística en otras
cosas de más empeño, mayor provecho hubiera reportado al arte patrio y más
respetable nombre hubiera ganado para
sí". Como contrapunto a esta
opinión, recordemos la opinión del compositor francés Camilo Saint–Saens,
quien, al escuchar el famosísimo dúo de Felipe y Mari Pepa exclamó: "¿Es
posible que llamen a esto en España, género chico?".
La Revoltosa es una de las zarzuelas más populares; los
aficionados conocen de memoria los números musicales que la forman, pero eso no
nos impide recordar los cuatro más interesantes: las iniciales seguidillas (“Al
pie de tu ventana”), el cuarteto cómico que las sigue, las famosísimas guajiras
(“Cuando clava mi moreno”) y el intenso dúo de los protagonistas (“¿Por qué de
mis ojos los tuyos retiras?”). J.P.M.
Información sobre la versión ofrecida:
Esta nueva propuesta escénica del Teatro de la
Zarzuela de La Revoltosa, de Ruperto Chapí, en versión libre de
Guillem Clua y dirigida por José Luis Arellano, se encuentra inscrita en el Proyecto Zarza,
que tiene como objetivo acercar el género de la zarzuela a los jóvenes.
La historia de Felipe y Mari Pepa, dos jóvenes que tras encuentros y desencuentros, celos y desconfianzas, llegarán a descubrir el gran amor que les une, es, en realidad, una historia eterna. Si el sainete original se inscribió en el casticismo del Madrid de 1897, esta nueva versión, que conserva la misma conexión con lo cotidiano y lo costumbrista, se traslada a nuestros días. Por ello puede decirse que lo popular es el aspecto más destacable de esta innovadora puesta en escena. No nos extrañemos, pues, al observar una pradera como un gran muro de Facebook u otros elementos cotidianos de entonces y de ahora, en un intento de aproximar la época de La Revoltosa a nuestros días. Sobre todo ello, la alegre e intensa música de Chapí circula entre La Revoltosa original y nuestra propia experiencia de lo popular.
La historia de Felipe y Mari Pepa, dos jóvenes que tras encuentros y desencuentros, celos y desconfianzas, llegarán a descubrir el gran amor que les une, es, en realidad, una historia eterna. Si el sainete original se inscribió en el casticismo del Madrid de 1897, esta nueva versión, que conserva la misma conexión con lo cotidiano y lo costumbrista, se traslada a nuestros días. Por ello puede decirse que lo popular es el aspecto más destacable de esta innovadora puesta en escena. No nos extrañemos, pues, al observar una pradera como un gran muro de Facebook u otros elementos cotidianos de entonces y de ahora, en un intento de aproximar la época de La Revoltosa a nuestros días. Sobre todo ello, la alegre e intensa música de Chapí circula entre La Revoltosa original y nuestra propia experiencia de lo popular.
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