Jornadas
Zarzuela Cuenca 2014.
Por segundo año consecutivo, Cuenca ha acogido
unas Jornadas dedicadas a la Zarzuela, articuladas en cuatro bloques:
Encuentros (sesiones llamémoslas “académicas”), Festival (conciertos y representaciones),
una feria y una exposición.
Bajo el título de Los oficios de la Zarzuelas han
sido organizadas por la Fundación
Jacinto e Inocencio Guerrero, que ha contado con el apoyo de otras
instituciones: Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM), Sociedad General de
Autores y Editores (SGAE), Teatro de la Zarzuela Fundación Juan Marcha, Real
Escuela Superior de Arte Dramático (RESAD), además del Auditorio, Ayuntamiento,
Diputación de Cuenca y otras entidades y empresas. Destaco estos apoyos porque,
en estos tiempos difíciles en los que faltan recursos por todas partes, sólo la
unión y el apoyo mutuos permiten llevar a cabo proyectos como este.
Otra entrada de este mismo blog se ocupa de los
espectáculos. Ahora es el turno de las conferencias, mesas redondas y debates.
No hace falta recordar el valor de este tipo de
actividades porque nos dan la ocasión de conocer aspectos que nos permitirán
valorar, con mayor número de elementos, el “fenómeno” del género lírico
español. La zarzuela, no es sólo la romanza brillante que nos emociona, o el
pasacalle vibrante que pone nuestros pies en movimiento. La zarzuela es algo
más, simplemente porque detrás de ella están personas. Personas que aportan su
trabajo y su ilusión al conjunto, que se alegran y sufren con el género …
porque, cada uno, como decía Julián “tiene su corazoncito”.
Las Jornadas de este año giraban en torno a un
tema general: los oficios, lo que significa que se planteaba la zarzuela desde
perspectivas muy concretas. Hemos tenido ocasión de conocer la situación de la
zarzuela fuera de nuestras fronteras y los problemas (no sólo económicos) que
plantea llevar a públicos ajenos obras tan “propias” como las del género chico.
Hemos conocido la desesperada situación por la que pasa la “industria” auxiliar
(carpinteros, sastres, artesanos de toda clase…) sin la que este espectáculo no
es posible; hemos escuchado –y compartido- la denuncia del desinterés y la
desidia de los responsables culturales que no parecen haberse enterado de que
la zarzuela es PATRIMONIO; hemos
escuchado cómo se conservan la documentación histórica del género (partituras
fundamentalmente) y el trabajo que supone preparar para que puedan ser tocadas
y cantadas; hemos oído historias, curiosas, entretenidas y aclaratorias, sobre esas intérpretes de segundo nivel, las
coristas y vicetiples, básicas en muchas obras del repertorio; hemos sabido
algo más sobre las entresijos administrativos relacionados con la gestión de la
propiedad intelectual… y hemos conocido detalles históricos sobre dos de las
zarzuelas representadas y sobre un nombre tan importante como Amadeo Vives.
Sesiones densas, y apretadas, porque los ponentes
quieren y tienen mucho que decir. Y, además, participativas porque no han sido
pocos los oyentes que han querido conocer algo más de los temas expuestos o que
se les aclararan detalles sobre las ponencias.
Es verdad, también, que algún tema concreto quizá
sólo ha quedado esbozado, pero, incluso, eso es importante porque significa
ponerlo sobre la mesa, plantearlo, darlo a conocer.
Estas sesiones, con todo su interés, no deben
quedar aquí. Ahora es necesario difundir, con el lenguaje adecuado, lo
planteado, las inquietudes expuestas, las propuestas y sugerencias… Seguro que se
publicarán las Actas de las sesiones, como se han editado las de la pasada
edición (se presentaron el primer día), pero hay que tratar de hacerlas llegar
a cuanta gente sea posible, incluso fuera de los ámbitos directamente
implicados en la zarzuela. Y para eso debe estar la prensa, la crítica, los
medios; no se olvide que el articulista, el crítico, el periodista o el gacetillero
… también ejerce un oficio que se relaciona con la zarzuela.
Vidal
Hernando
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