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viernes, 8 de abril de 2022

Albéniz. Magia o truco.

 

    Ruth Iniesta en un momento de la ópera.

The magic opal. Ópera cómica en dos actos de Arthur Law, con música de Isaac Albéniz.

Intérpretes principales: Ruth Iniesta, Carmen Artaza, Santiago Ballerini, Luis Cansino, Damián del Castillo, Fernando Albizu.

Equipo técnico: Dirección de escena y escenografía: Paco Azorín. Vestuario: Juan Sebastián Domínguez. Iluminación: Pedro Yagüe. Diseño de audiovisuales: Pedro Chamizo. Movimiento escénico: Carlos Martos de la Vega. Coro Titular del Teatro de la Zarzuela. Orquesta de la Comunidad de Madrid. Dirección musical: Guillermo García Calvo. Teatro de la Zarzuela, 5 de abril de 2022.

Hemos tenido que esperar 128 años para conocer la música de esta ópera cómica de Isaac Albéniz, una música entretenida, amable, con momentos que recuerdan a las cadencias y ritmos hispanos y con una línea de canto cómoda, aunque no falte algún momento de cierta dificultad. Lo que no hemos tenido oportunidad de conocer ha sido el texto y la historia originales, porque la adaptación de Paco Azorín y Carlos Martos de la Vega, han trasladado la acción a nuestra época, han transmutado la narración original (un simple argumento de enredo) en una comedia musical, en un vodevil, un juego, de vertiginosa acción, no sé si modernista, surrealista, onirica o psicodélica, que requiere de los intérpretes un trabajo especialmente intenso.

Salí con la impresión de que muchos de los asistentes no se enteraron de la trama, aunque se vieran sorprendidos por algunas referencias a hechos o situaciones actuales, como gotas de humor sarcástico, que tampoco sé si venían a cuento. No estoy convencido de que estas prácticas vayan a salvar la zarzuela de un futuro incierto llevando nuevos públicos al teatro. En la función que comento había gente joven (aunque desconozco la motivación que les llevó a la sala), pero también pude comprobar que el aforo no estaba como en otras ocasiones, con otros títulos y con otro tipo de presentaciones.

Dejando al lado la polémica, sí debo decir que la función planeada por Paco Azorín es dinámica, de gran agilidad y con un ritmo incansable. A ella contribuye la incorporación de cuatro acróbatas y ocho figurantes-bailarines y un vertiginoso movimiento escénico, desarrollado en un escenario geométrico, lleno de puertas y adornado con numerosos efectos lumínicos y audiovisuales.

Entre los intérpretes destacó el trabajo del actor Fernando Albizu, dando vida a un personaje de nueva creación llamado Eros XXI que actúa como narrador de la historia ayudado por un explícito apoyo de la imagen.

Eros XXI, narrador de la peripecia

En cuanto a los cantantes, me gustó especialmente el trabajo de Ruth Iniesta, en el papel de Lolika por sus vitalidad y soltura, con un canto más que suficiente (posee medios sobrados) y porque creo aprovechó su experiencia en la comedia musical en la que comenzó su carrera. Carnen Artaza, mezzosoprano donostiarra (como Martina), tiene una intervención menor que Lolika, pero la resolvió sin problema alguno. Santiago Ballerini, tenor argentino (como Alzaga), con importante actividad en la historia, cantó con mucha eficacia, luciéndose en algunos momentos y dando una adecuada réplica a la protagonista. Los barítonos Luis Cansino y Damián del Castillo encarnaron a Carambollas y Trabucos, respectivamente, personajes sin dificultades vocales que haya que destacar.

 

Planteamiento escenográfico.


El coro tiene en esta ópera una importante presencia dando vida a bandidos, ciudadanos o aldeanos. Como viene siendo habitual sonó con calidad vocal, sin estridencias, con empaste y, además, solventando eficazmente la movilidad exigida por el montaje.

Estuvo en el podio directoral Guillermo García Calvo, que llevó a la orquesta muy adecuadamente, con el ritmo y la potencia apropiadas, apoyando a los cantantes con detalles y sacando partido a una partitura interesante, colorista en ciertos momentos y atractiva. De ella, y en una primera audición merecen destacarse la obertura del primer acto, el preludio del segundo (es curiosa esta diferenciación), el dúo de Lolika y Alzaga, en el segundo acto y el vals de la protagonista en el primero

Un detalle a destacar fue la presencia de un reparto muy joven, que se entregó con entusiasmo para sacar adelante esta recuperación que, a mi juicio, tenía más truco que magia.

 Vidal Hernando.

(Fotos: Elena del Real. TZ)

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